-En la gran final se enfrentaron Jesús Mari Rodríguez, de Zaldibia, y Aníbal Fernández, de Azkoiti. En el movimiento 27, cuando aparentemente la partida estaba más, entre comillas, igualada, Aníbal, en un fallo de cálculo, cometió un grave error. Dos movimientos más tarde se evidenció el error, perdió un caballo. Ya no hubo partida. Jesús Mari Rodríguez fue asfixiando a las negras, hasta que en el movimiento 43 Fernández se vio obligado a abandonar.
-Por el tercer y cuarto puesto se enfrentaron Joseba Urdangarin y Egoitz Irure. Los dispositivos electrónicos pitaban por el de Zumarraga, pero el de Zestoa, muy experimentado en finales, logró dar la vuelta a la partida. Irure jugó muy preciso y Urdangarin no pudo frenarlo. Perdió, había consumido su hora. Una pena, porque qué grandísimo torneo ha hecho.
¡Qué gran velada ajedrecística vivimos este pasado lunes en Eire taberna! Como recordarán los aficionados, la final de ajedrez se aplazó una semana, ya que la fecha prevista coincidía con Semana Santa y uno de los finalistas no podía disputarla. Siempre se han jugado la gran final y la final de consolación a la vez. Esta es una señaladísima fecha para los amantes del tablero. La espera mereció la pena. El pasado domingo, a las 16:30, en Eire taberna, se disputaron las finales. El público se fue congregando. Nadie quiso faltar a la fiesta. Seguro, nadie salió defraudado. Los finalistas habían preparado concienzudamente las partidas. Por el tercer y cuarto puesto se enfrentaron Joseba Urdangarin y Egoitz Irure. Joseba, único representante local en liza, tuvo Joseba se decidió por una salida de gambito de dama, una jugada que consiste en sacrificar un peón para lograr mejor posición. Irure aceptó. El público se sorprendió. Esta jugada es de alto riesgo, si se juega contra un rival, a priori, claramente superior. Pero con Regillaga, Urdangarin también se decidió por jugar un gambito y le fue muy bien. Es destacable el desparpajo y la valentía que tuvo en su planteamiento. Y ciertamente, tuteo a su adversario. En el medio juego recuperó el peón “cedido” y llegó a tener una posición excelente. Los dispositivos electrónicos pitaban por el de Zumarraga, pero el de Zestoa, muy experimentado en finales, logró dar la vuelta a la partida. Irure jugó muy preciso y Urdangarin no pudo frenarlo. Perdió, había consumido su hora. Una pena, porque qué grandísimo torneo ha hecho. En la gran final se enfrentaron Jesús Mari Rodríguez, de Zaldibia, y Aníbal Fernández, de Azkoiti. Era la reedición de la final de Rodríguez, de blancas, salió de peón de dama, y desde el principio jugó al ataque, con muchísimas ganas. El público lo agradeció, porque fue creando una pequeña joya. El de Azkoiti, que se decidió por jugar una defensa india de rey, pese a no perder material, se vio obligado a realizar en muchos momentos movimientos muy limitados. El de Zaldibi, que encima no consumía tiempo, se salió. Estuvo sobresaliente. Si un movimiento era fortísimo, el siguiente, todavía mejor. En el movimiento 27, cuando aparentemente la partida estaba más, entre comillas, igualada, Aníbal, en un fallo de cálculo, cometió un grave error. Dos movimientos más tarde se evidenció el error, perdió un caballo. Ya no hubo partida. Jesús Mari Rodríguez fue asfixiando a las negras, hasta que en el movimiento 43 Fernández se vio obligado a abandonar. Posteriormente, Carlos Montero (director de la sucursal de Bankoa en Zumarraga), Jorge Andueza, “Pitu” (en representación del ayuntamiento de Urretxu) y Txema Iriberri (organizador del evento) realizaron la entrega de premios. Los premios locales fueron para Juanjo Muñoz (primero) y para el jovencísimo Unai Elías (segundo). Jesús Mari Rodríguez, txapeldun, consiguió su séptima txapela y unos números de escándalo: Ha participado en 10 ediciones, jugado 107 partidas. Ha perdido dos; dos ha hecho tablas,; y el resto, 103, en han sido victorias. 7 veces ha quedado primero; una, segundo; otra, tercero; y en la otra participación quedó entre el puesto 4 y el 8. Increíble. También se realizó la entrega del trofeo Eire, un premio muy valorado, que se creo para agradecer a las personas que más contribuyen en la difusión del ajedrez. Julen Albisua fue el galardonado. Julen, expresidente y fundador de Goierri, jugador habitual del Pueblos hermanados vasco-alemán, y organizador de innumerables torneos de ajedrez en Urretxu y Zumarraga. Iriberri recordó “que cuando este deporte era muy minoritario en nuestros pueblos, gracias a Julen, no desapareció totalmente. Muchísimas veces, casi en solitario, fue el que mantuvo la chispa del ajedrez para que no se apagara definitivamente. Es un merecidísimo premio”. Iriberri también tuvo palabras de agradecimiento para los participantes, medios de comunicación, Santikutz, Goierri, Buta-k 21, Federación Vasca de Ajedrez y para todos aquellos que de una manera u otra han hecho posible que se haya celebrado esta XIV edición. Palabras de agradecimiento especiales tuvo para Bankoa, que pese a la que está cayendo, a la grave crisis, ha seguido apostando por el patrocinio de este torneo. Y esto es lo que dio esta XIV edición del Eire-Bankoa. Ya falta menos para que comience la XV.
|
FVA-EXF www.xake.net
AHSI Consulting